viernes, 13 de febrero de 2015

En el Día de la Radio

En este Día Mundial de la Radio comparto mis felicitaciones para todos los profesionales y oyentes de este medio, con uno de los párrafos incluidos en mi libro El amor azul marino.
Como siempre, mil sonrisas, mil ondas... Y si no sintonizamos antes, ¡feliz fin de semana!

- ¡Matahari!
La respuesta es correcta.
De pequeño me encantaban los concursos de radio en los que había que acertar un personaje atendiendo a los datos que te ofrecían. No resultaba fácil adivinarlo, pese a lo cual reconozco mi habilidad para enlazar las pistas de la locutora y llegar al nombre propuesto. Otra cuestión era que acabasen dando entrada a la llamada telefónica entre el aluvión de oyentes que participaban.
Gané en dos ocasiones. Aunque el premio consistió en un lote de discos a cuyos intérpretes no conocía nadie, me hizo muchísima ilusión.
El viejo transistor de tonos metálicos fue durante esos años uno más de la familia. Aquel consultorio de Elena Francis puso luz en miles de corazones solitarios:
- ¡Paciencia mujer, mucha paciencia!
Cada parte desmenuzaba las peripecias de un fugitivo apodado El Lute, los lances ante el toro de un valiente Cordobés, los acordes de ese principiante llamado Julio Iglesias. Y el domingo vibrábamos con los goles de los Asensi, Juanito o Cardeñosa en la retransmisión a pie del estadio.
Como tantos y tantos españoles, no olvidaré nunca la noche del 23-F (23 de febrero de 1981) cuando un intento de golpe de estado puso en peligro nuestra convivencia democrática. Por aquel entonces yo era un estudiante de bachillerato, sin apenas conciencia política, que siguió el evento adherido a un receptor.
- Dice Radio Nacional que los golpistas se han retirado.
Todos respiramos tranquilos.   
Todavía ando conectado a la magia de las ondas y asiduamente, antes de acostarme, sintonizo una emisora en busca de..., ¡a veces pienso que en busca de mí mismo!

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