domingo, 31 de mayo de 2015

En el Día Mundial sin Tabaco

Hoy se celebra el Día Mundial sin Tabaco. Como médico epidemiólogo quisiera destacar ante todo los beneficios que a nivel de la salud conlleva el hecho de no fumar. Y de paso, recordar aquellos años en los que la prevención del tabaquismo constituía el epicentro de mi trabajo. Junto a mis colegas y amigos John Elder (Universidad de San Diego) y Antonio Sarria (Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias), publicamos artículos de investigación de lo más sugerentes: "La publicidad de tabaco en Internet", "Análisis de la campaña de la marca de tabaco Fortuna durante el bienio 1999-2000", "Tabaco, cine y adolescencia"...
Con mi amigo Mariano Lázaro (Profesor de Historia) editamos algunos trabajos sumamente interesantes relacionados con dicho hábito durante la Guerra: "El valor social del tabaco en la Guerra Civil Española", "Tabaco en la prensa aragonesa durante la Guerra Civil Española", e incluso aquella colaboración con la enciclopedia del diario El Mundo en el que dábamos a conocer una carta enviada por distintos científicos americanos -entre ellos, el propio Albert Einstein- al que fuera presidente de la República, detallándole la posibilidad de obtener ácido nicotínico a partir de las labores del tabaco para combatir la epidemia de pelagra que por entonces asolaba Madrid.
Y por supuesto, junto a otros muchos profesionales presentamos los resultados obtenidos en los diferentes programas preventivos en los que estuve implicado.
Quizá sean demasiados recuerdos para esta fecha en la que, sin duda, debería lucir uno solo: que no fumar es altamente beneficioso para nuestra salud.

viernes, 29 de mayo de 2015

De feria en feria

Hoy se inaugura la 74ª edición de la Feria del Libro de Madrid y mañana la 31ª de la Feria del Libro de Zaragoza. Dos eventos culturales en los que tuve la suerte de participar el pasado año y en el que, a pesar de las respectivas invitaciones, no podré asistir en este. Si bien ya di en otra entrada las debidas explicaciones al respecto, quisiera tenerlas en el recuerdo y desear a todas las personas vinculadas al mundo literario, sencillamente eso: unos felices días.
Porque como apuntó la poetisa Emily Dickinson, "para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro"... Como indicara el genial Rubén Darío, "el libro es fuerza, valor, alimento, antorcha del pensamiento y manantial del amor"... Y como expresase el poeta Heinrich Heine, "allí donde se queman ejemplares, se acaba por quemar a los hombres".
Que el buen tiempo acompañe y que luego, siendo también fieles a nuestro refranero, cada cual cuente su feria según le va.

martes, 26 de mayo de 2015

Mi memoria de humo

En esta declarada Semana sin humo, comparto paradójicamente mi contribución con algo menos de mil palabras a una imagen de Julio A. G. Moro, en la exposición fotográfica Minería, pasado y ¿futuro?:

Mi padre repetiría unas cien millones de veces que soy una persona exagerada. Que mentir no miento, pero que explico las cosas de tal modo que convierto en gigante la más diminuta de nuestras historias. Él resumía aquella idea con una frase:
- Si mi hijo dice que llueve, ¡llueve! Ahora bien... aunque jure que el agua cae a mares, asomaos antes a la ventana. Probablemente sean cuatro gotas.
A veces, desde la exageración se ve mejor el alma.
El origen de esa fama arranca del día que vi salir humo de los graneros. Avisé a los mozos en el bar de la plaza e incluso alertamos a los forestales por si se tratara de un incendio. Corremos con cubos de agua. Y allí, al abrir la puerta, está el Bienvenido fumándose un puro que, efectivamente, desprende una humareda escandalosa.
Papá sale en mi defensa:
- Más vale prevenir... ¡A quién se le ocurre prender un cigarro donde hay tanta paja! Has hecho muy bien al advertirnos.
Sin embargo, en casa conmigo a solas, apostilla:
- La próxima vez que veas humo, asegúrate de que también hay fuego. Y no vayas al bar; nada les molesta más que interrumpan su partida.
La vida es una sucesión de meteduras de pata.

jueves, 21 de mayo de 2015

Minería, pasado y ¿futuro?

Este próximo lunes 25 de mayo, en el edificio de la Obra Social Caja España del municipio leonés de Veguellina de Órbigo, se inaugura una exposición fotográfica de lo más interesante: Minería, pasado y ¿futuro?  Dicha exposición muestra distintas imágenes de complejos mineros abandonados en la provincia, captadas por el objetivo de Julio A. G. Moro.
Cada fotografía estará acompañada por un párrafo redactado por alguno de los escritores que han colaborado en la exposición: Rafael Saravia, Manuela Bodas, Epigmenio Rodríguez, Mercedes González Rojo... Y así hasta casi una veintena de autores entre los que me encuentro, pues he tenido el gusto de contar con la confianza de Julio y participar en este proyecto suyo tan emotivo con dos pequeños textos: Mi memoria de humo y Cuando la sorpresa no viene de fábrica.

martes, 19 de mayo de 2015

Sobre los libros expósitos

Lo he dicho muchas veces: me apasiona la investigación histórica. Y de entre los temas que he trabajado al respecto, hay uno por el que siento especial cariño: el de los niños expósitos, entendiendo como tales aquellos pequeños que eran abandonados por sus padres, preferentemente a las puertas de una inclusa.
Parafraseando lo dicho, estoy convencido de que también existen los llamados libros expósitos. Esto es, obras abandonadas por sus verdaderos autores (conocidos como negros en el argot literario) para que sean firmadas por otros. En este sentido, siempre he admitido que cuando remití a una editorial el borrador de mi primer libro, El amor azul marino, hace ahora diez años, uno de sus agentes llegó a plantearme la posibilidad de que escribiera para terceros, alegando que así ganaría más dinero. Le respondí y volvería a responderle que "no".
En Internet hay anuncios buscando escritores que escriban al mejor postor, ofreciendo suculentos beneficios... Y si existen, es porque se usan.
Por otro lado, sin ánimo de menospreciar a nadie, cuesta creer que determinados personajes televisivos -presentados como autores de best sellers- sean capaces de redactar lo que dicen que redactan.
Por casualidades del destino, hace unos días cayó en mis manos una novela ambientada en un contexto histórico muy concreto, escrita por una persona que a priori nada tiene que ver con ese tema. Es su opera prima, y realmente sorprende lo bien narrada que está y el poco tiempo que ha tardado en su elaboración -seis meses, según refiere-. Pero al departir con él, uno se da cuenta de que desconoce las bases históricas sobre las que se sustenta, que en verdad sabe muy poco de sus propios personajes y que, francamente, cuesta creer que sea de su autoría.
Si fuera mal pensado, podría afirmar que esa obra cumple todos los criterios para ser un libro expósito... El primero que habría sido capaz de descubrir a lo largo de mi vida.

lunes, 18 de mayo de 2015

Compartiendo un mensaje

¡Cómo pasa el tiempo! En nada hará un año que presentamos mi libro Nanas para un Principito, en el I Encuentro Internacional de Literatura Infantil y Juvenil "Astorga de cuento" (31/05/2014) y en el Auditorio "Ángel Barja" de León (2/06/2014). Y desde entonces seguimos compartiendo muchos mensajes inesperados que recibes de algún amigo lector, y que -a pesar de esa cadencia del tiempo- no pierden la capacidad de dibujarte en la cara una sonrisa:

"Acabo de terminar Nanas para un Principito y tengo el firme propósito de volver a leer El Principito. Hace ya tantos años que lo leí, que lo único que recuerdo es que lo esencial resulta invisible a los ojos, y solo porque una amiga ceramista me elaboró un cuadro con esta leyenda.
Como siempre con tus libros, me has transmitido esa especie de Sabiduría interior envuelta en ternura (en lugar de celofán). Esa declaración de amor continua por tu familia, amigos y la Humanidad en general... Tu forma habitual, tan poética y entrañable, de relatar las vivencias compartidas me ha hecho llorar con frecuencia, aunque no de tristeza, claro.
Me gustaría aclararte porque las personas gustamos más de contar problemas que alegrías, ya que te lo preguntas en el capítulo de El payaso triste. Yo he escuchado que las penas compartidas se dividen y las alegrías se multiplican... Supongo que se puede aplicar también a los problemas y ¡todos queremos dividir o multiplicar en nuestro beneficio!
Bueno, no voy a escribir un libro para agradecer el tuyo, solo dejaré constancia de mi impresión de esta minibiografía compartida".

viernes, 15 de mayo de 2015

"Acacias 38" y niños expósitos en Ediciones Irreverentes

En el portal de mi editorial (Ediciones Irreverentes) han colgado un reportaje que, bajo el título de Acacias 38, recoge el documento que a propósito de la serie homónima de Televisión Española salió editado recientemente en la web de RTVE.es. En él pueden constatarse datos relativos a mi estudio sobre los niños expósitos, al uso que hice de los mismos para escribir Mi planeta de chocolate y a los enlaces referidos al respecto (incluido al libro y su sinopsis). Adjunto este link por si fuera de vuestro interés:  http://www.edicionesirreverentes.com/newReportajes/reportajes/Acacias38.html
Admito que siempre he sentido un cariño especial por esta novela. No olvido la noche en que la presentamos ante aquel público amigo que llenaba el Auditorio "Ángel Barja" de León, la mañana en que diserté sobre ella en la Feria del Libro de Frankfurt, la tarde en que mi editor la llevó consigo a la Feria del Libro de Guadalajara. Pero sobre todo, recuerdo el día en que le puse punto y final... porque si hasta entonces, yo era un médico que escribía, desde ese preciso instante me sentí y me siento escritor.

jueves, 14 de mayo de 2015

Quisiera de mayor...

Quisiera de mayor seguir siendo niño
y disfrutar sin complejos los detalles de la vida.
Regar ese bonsái con suficiente cariño,
saludar a la mañana tras un guiño,
descubriendo en tu luna mi pelota perdida.

Quisiera de mayor cultivar mil esperanzas,
recolectando con ellas millones de sonrisas.
Dibujar un corazón en vez de otra coraza,
deteniendo ese tiempo que impasible nos alcanza
porque siempre, siempre, camina entre prisas.

Quisiera de mayor seguir siendo tu amigo
y compartir aventuras que rebosen ilusión.
Bañarme a deshoras en el mar contigo,
idear travesuras sin miedo al castigo,
mientras cantamos a medias la letra de esta canción.

Quisiera de mayor no hacerme viejo,
ni esconderme en los rincones del pasado.
Pintar de colores mis gafas de lejos,
inventar palabras en vez de impartir consejos,
bendiciendo el camino por todo lo caminado.

Quisiera de mayor…
encontrar los parecidos de las nubes,
perderme en tu castillo de arena,
dar la vuelta al mundo en ochenta libros,
teñirnos de verde que te quiero verde,
recitar versos conversos,
incluso amar en los tiempos del cólera
repartiendo toneladas de alegría.
Y ser de nuevo niño… aunque sea por un día.

Nota: Poema titulado Quisiera de mayor... que he tenido el honor de publicar en la antología poética Corazón de nube, perteneciente a la Colección Charín de Poesía Infantil y Juvenil, que bajo el patrocinio de la Fundación Conrado Blanco se presentó en la tarde de ayer en León.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Por el Día Nacional del Niño Hospitalizado

Confieso que he sido cuentacuentos en todas las esquinas que he doblado: en tantas residencias para personas mayores, con los internos de un módulo penitenciario, en los barracones de aquel campo de refugiados, ante cien chiquillos en esa guardería, frente a mil alumnos de bachillerato, junto a mis colegas universitarios en las bodas de plata de la promoción, a solas conmigo mismo… Y aun cuando todas han resultado entrañables, reconozco que entre ellas hubo una especialmente emotiva: la que tuve con los chavales ingresados en la planta de Pediatría de aquel hospital. Todavía recuerdo sus caras, sus dibujos, su sonrisa a pesar de los pesares...
Desde mi condición de persona, médico e incluso niño mayor quiero añadir mi voz a todas las fundaciones, entidades e instituciones vinculadas a la atención hospitalaria infantil que solicitan la instauración en esta fecha del Día Nacional del Niño Hospitalizado. Para ello y como ellos, lanzo desde aquí mil besos para tantos pequeños que pasan por esa situación, sumándome también al merecido reconocimiento que se pretende brindar a sus familias.

lunes, 11 de mayo de 2015

Corazón de nube

Respeto, admiro, amo y temo a la poesía casi a partes iguales. De hecho y más allá de algunos versos perdidos que escribí en mi juventud, jamás había ideado ninguna. Ciertamente, lo mío siempre fueron los cuentos. Sin embargo esta vez era distinto. Cuando desde la Fundación Charín se me ofreció la posibilidad de participar en una antología poética para niños -junto a un ramillete de poetas de primera línea en este género, e ilustrada por un genial Fernando Noriega-, decidí aceptar el reto.
Así surgió mi composición titulada Quisiera de mayor, incluida en la VIII Antología de Poesía Infantil "Corazón de nube" (Colección Charín) que se presentará este próximo miércoles 13 de mayo, a las 19:30 horas, en el Salón de los Reyes del Ayuntamiento Viejo de León. Obviamente, estáis todos invitados.
Porque parafraseando lo que le dijera su cartero a Pablo Neruda, desde este mismo momento asumo que mis versos tampoco serán ya míos... Serán, por supuesto, de quien más los necesite.

viernes, 8 de mayo de 2015

Razones para un no

Este fin de semana comienza una nueva edición de la Feria del Libro de León. A pesar de la amable invitación recibida para que realizase en ella alguna de mis sesiones de cuentacuentos, finalmente he decidido decirles que no. Lo mismo pasará con otras dos de mis Ferias favoritas: la de Zaragoza (a la que llevo tantos años asistiendo) y la de Madrid (donde en la pasada edición presenté mis Nanas para un Principito).
Este curso 2015 está viniendo con muchos cambios, por fortuna casi todos positivos: cambios a nivel familiar con la llegada de nuestra pequeña Amalia, a nivel profesional con una plaza propia de mi especialidad, a nivel personal con un traslado de vivienda por razones de espacio, e incluso a nivel literario, al haberme embarcado en varios proyectos nuevos que no dejan de ilusionar.
Sé que quienes escribimos nos debemos a nuestros lectores, y que las Ferias del Libro permiten ese encuentro mágico entre unos y otros. Pero creo también que en estos momentos he de quitarme el reloj para dedicar ese tiempo a mi familia. Es lo que ahora quiero, lo que ahora necesito. 
Cien disculpas por mis ausencias y mil gracias por vuestra comprensión. Porque eso sí: en futuras ediciones, no nos dejaremos de contar.

miércoles, 6 de mayo de 2015

Cuando Pancho conoció a Benito

En ese momento aparece Pancho con su traje marinero. Sonríe, se interesa por los sueños de Benito y le ofrece una chocolatina que tomó de prestado en la cocina. Todavía hay gente mejor que su fama.
- ¿Quieres que juguemos a las preguntas? –propone al pequeño.
Este sopesa qué decir, pues el resto de los niños prefieren marchar. Nota que aquel hombre se siente solo y que, si no la encuentra en esos acertijos, buscará compañía en la botella. Además un mal comienzo nunca fue definitivo. Decide quedarse con él; al menos hasta el próximo recuento.
El juego de las preguntas parece sencillo. Uno lanza interrogantes absurdos y el otro responde con imaginación; la misma que convierte a una gaviota en ballena. Así, por arte de magia.
Empieza Pancho.
- Si un vino seco cae al mar, ¿sigue siendo vino seco?
¡Qué pena que en este concurso no existan comodines! Los habría pedido todos.
- ¿Qué animal está hecho a base de retales: hocico de oso hormiguero, cola de rata, coraza de hipopótamo?
¡El armadillo! El chico no acierta ni una.
- ¿Qué es un camarón?
Esta sí que la sabe: un aparato grande para hacer fotos. La madre de Vanesa tiene uno. Si bien se antoja fácil, muy poco original. Lo habría adivinado hasta un niño.
Mejor que las cuestiones las haga Benito. A ver si así se divierten más.
- ¿Por qué existe la guerra? ¿Por qué le dicen animalada si lo ha hecho un hombre, no un animal?
Silencio, más silencio. Dijeron preguntas absurdas, no imposibles. La imaginación no alcanza tan lejos. A veces lo verdaderamente sencillo es convertir un pájaro en ballena.

Nota: Párrafo perteneciente al capítulo titulado Cuando duermen las horas, incluido en mi novela Mi planeta de chocolate.

domingo, 3 de mayo de 2015

En el Día de la Madre

Dicen que madre no hay más que una. Y ciertamente, para mí –supongo que como para cada cual la suya- la mía es única, especial. Porque en la vida podrá haber muchos amores: de corazones solitarios que se hacen compañía, de novios apasionados en una alcoba sin reglas, de matrimonios que comparten telediarios e hipotecas, de un pariente a otro, de un amigo a un amigo… Incluso los hay quienes adoran el éxito, la fama o el dinero... Pero como el amor de una madre hacia su hijo no hay nada, absolutamente nada.
Se trata de un amor sordo, que no acostumbra a hacer ruido. Desinteresado al máximo o, mejor dicho, únicamente interesado en que seamos felices. Si el pastel es pequeño, dice que no tiene hambre. Si solo queda agua para uno, dice que no tiene sed. Tampoco busca contraprestación alguna, aunque yo procuro devolverle con besos todo ese cariño que profesa. No obstante, por mucho que me empeño, su intensidad hace pequeña mi voluntad. Me quiere tanto y tan bien que no consigo alcanzarla.    

Nota: Párrafo perteneciente al relato titulado La astucia del gallo, incluido en mi libro Nanas para un Principito.

sábado, 2 de mayo de 2015

Comentario en ConoceralAutor.com

Asumo que cuando publicas haces pública una parte de ti, exponiéndote con ello a cualquier tipo de crítica. Pero reconozco también que cuando esta resulta positiva, me llevo una pequeña gran alegría. Como la que me ha generado este comentario a propósito de mi libro Siete paraguas al sol, que puede leerse en el portal literario ConoceralAutor.com.

Acabo de terminar la novela de Manuel Cortés Blanco Siete paraguas al sol y me ha gustado mucho. Me he obligado a leerla de manera pausada, disfrutándola a cada paso, cada capítulo, cada continente, cada mujer... Me ha sorprendido que su lenguaje cotidiano y entrañable sea el envoltorio de una historia de profunda sabiduría antropológica y retrato fiel de un mundo de contrastes difíciles y conflictos globalizados, y, por supuesto, muy humanista. Me gusta cómo el autor ha utilizado el cuento, los refranes y sus grandes frases de cosecha propia, no como mero formalismo, sino para realzar la psicología de los personajes y la dimensión de una historia que es más "historia" de lo que parece a simple vista. Sé que este comentario es algo extraño, pero es difícil recomendar este libro sin desvelar su contenido. Termino diciendo que su lectura es sencilla y su mensaje necesario. Enhorabuena al autor.